La parábola de Schopenhauer ilustra sobre la tensión entre individualidad y sociedad
Nuestro mundo está cada vez más lleno, la raza humana conforma hoy día una inmensa multitud que, además, se multiplica de forma exponencial. Sin embargo, la primera verdad que descubrimos desde el mismo momento de nuestro nacimiento, es que cada uno de nosotros, está solo. Rodeados por miles de extraños o por el círculo más íntimo de nuestros amigos y familiares, estamos ineludiblemente condenados a sentirnos siempre uno. Un ser individual y diferente a todo lo que nos envuelve. Por eso, queramos o no, es desde esta inevitable soledad como debemos enfrentarnos a la vida y, de alguna manera, ser capaces de alzarnos sobre ella. No hay otro camino posible.
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