Un clásico hindú, el Bhagavad Gita, ayuda a liberarnos de la obsesión por la motivación
Las políticas de incentivo cambian cíclicamente, los modos de comportamiento y de relación entre la empresa y sus empleados se renuevan, pero a largo plazo ¿consiguen todos estos esfuerzos mejorar de forma sostenida la motivación e implicación de los trabajadores? La respuesta es clara, rotunda y breve: no. La sabiduría hinduista ejemplificada en el Bhagavad Gita nos muestra que la razón está en que quizá no tomamos la dirección correcta. Tal vez el buen empleado, el auténticamente eficaz es aquel que no está motivado. Aquel que no espera nada de sus actos y que simplemente se limita a cumplir con su deber. Quien sigue esta senda no cae en el desánimo, está liberado de cualquier presión, y duerme tranquilo por las noches. No se trata de huir del trabajo, resultaría utópico, sino de acercarse a él abandonando todo deseo.
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